“A partir de la utilización del teñido medicinal del territorio en el que me encuentro y el empleo rebelde de técnicas milenarias de tejido, comparto mis prácticas de curación para confrontar a la ciencia médica androcéntrica, patriarcal y violenta que durante años me ha examinado. Tu energía siempre estuvo”, es una reunión de cuerpxs en crecimiento con los cuales he podido auto-explorarme, acompañarme y dialogar con mis ancestros.”
Cristina Flores Pescorán
Piel: nuestro territorio, que nos protege, que nos acuerpa, que nos delimita, que nos expone; reino del tacto íntimo con el mundo.
La fuerza vital de sus antepasadas moches corre por las venas de Cristina Flores Pescoran, guiando sus pasos hacia tierra mesoamericana. El acto de tejer se vuelve en sus manos acto feminista, intimista y político. Los tejidos pueden ser celulares, de ixcaco, nerviosos, o de rafia. Como parte de un proceso carnal de sanacion y exploración mediante las plantas y el textil, la residencia en LNF deja testimonios fluidos y ligeros: esculturas de rafia que danzan con su entorno. En sus fibras, integran los rayos del sol, juegan con el aire, reverberan los sonidos: cantos de pájaro, silbidos del viento, susurros, gritos – Y hasta sismos – pasan por sus hilos y los nutren. Las manos de Cristina tejen, anudan, desanudan, cubren y desnudan; y al darlos a luz, estos seres tejidos parecen continuidades de su propia piel, excrecencias, arrugas, verrugas y lunares. Tiernas geografías de su territorio dérmico.
Tu energía siempre estuvo.
Esa es la revelación.
Y siempre estará.
Christina Chirouze Montenegro