El sentido del humor no es superficial ni un lujo, por el contrario, es fundamental para nuestra sobrevivencia. La propuesta curatorial afirma que el sentido del humor es necesario en tiempos de crisis, como en la actual pandemia. El humor se desarrolla como una perspectiva que nos permite encarar obstáculos, retos o situaciones; y si se quiere reaccionar ante el dolor y el sufrimiento que vivimos. De esta manera el sentido del humor se vuelve una forma de resiliencia donde encontramos significado ante la propia vida.
En la propuesta curatorial se parte de una investigación experiencial que va hacia y para tres artistas seleccionados y que presentarán su proyecto en el siguiente orden: Bryan Castro, Nora Pérez, María Fernanda Carlos. El humor se cultiva íntimamente y crea alianzas entre comunidades, siendo la galería ÍNTIMO el enlace entre estas comunidades artísticas.
Bryan Castro
“ViRal” es una sátira y crítica sobre las condiciones en las que resisten y producen los artistas guatemaltecos. Bryan quiere infectarse de la Covid para investigar cómo se trabaja mientras se está en estas condiciones. Los temas que el artista aborda son la política, la exclusión, el estigma, el morbo, la tecnofobia, la precariedad y la desinformación. En un metaverso creado a través de memes que fueron virales durante la pandemia, recuperados de Facebook y mostrados en carteles, el artista habla de esa “risa que termina en llanto”, para pensar en el significado más profundo del humor.
Nora Pérez
Ejercer el poder siempre viene de la mano de lo que Pérez llama “Ilusiones discursivas” en las que analiza el panorama político y social de la pandemia. Su propuesta surge a partir de una recopilación de los discursos políticos realizados durante la pandemia y del análisis de su performatividad, su contenido simbólico, así como los gestos propagandísticos del discurso. En el proyecto se exploran las grietas de lo “absurdo” y el “ridículo” así como la puesta en escena, es decir, las “ilusiones discursivas” que se crean en el ejercicio del poder.
María Fernanda Carlos
Todo el conflicto emocional que no trabajamos nos acompaña, todo lo que no hablamos o exteriorizamos toma fuerza, todo lo irresuelto del pasado nos aprisiona. Como seres humanos estamos diseñados para poder lidiar con el estrés, categorizarlo, trabajarlo o ignorarlo. Pero ¿qué pasa cuando uno o dos eventos traumáticos en nuestras vidas son demasiado? ¿Qué pasa cuando el cuerpo ya no puede procesarlo? En este caso el resultado es TEPT (Trastorno de estrés postraumático); durante la pandemia surgió de una manera elevada en virtud de las pérdidas sorpresivas que se tuvieron en las familias, estudios de escuela en casa, violencia doméstica, falta de ingresos y escasez de trabajo, el encierro obligatorio, depresión, etc. Esta propuesta es una apertura a la realidad íntima de la artista que vivió, a partir del duelo, la maternidad y lo doméstico. Le interesa así revisitar el caos desde el juego, desde el absurdo, reírse de sí misma y del desorden casero, para utilizar herramientas de la terapia de la risa para así poder sanar y liberar.
Isabela Mendoza Lamuño